Caminaremos por esas paredes,
espejos de agua,
clepsidras que miden
las sombras que se desvanecen.
Nuestra serpiente
se comerá la cola
y brindará
en la mesa de los doce.
Somos capaces de esperar
el retorno de la isla,
nuestros barcos
tienen grabada la ruta
desde el comienzo.