sábado, 31 de enero de 2015

Cántico II



Veinticuatro campanadas
están próximas,
los relojes se quiebran
en tiras de tiempo
y la araña teje
para la niña.

Veinticuatro campanadas
se beben los caracoles
y la niña sonríe

te mira

desea secar
la acuosidad de tus ojos,

pero hay dolores
que deben ser llorados.

lunes, 26 de enero de 2015

Desesperanza



Hoy quiero un flor
como una esperanza
que se diluya
verde

y humedezca
este yermo pasaje
donde ya no canta la sorococa.

Quiero un azul
desgranado
que tirite en luz de sol.

Hoy quiero una flor
como una esperanza
para creer en días mejores
que no duelan tanto.

viernes, 16 de enero de 2015

Cántico I



Hay palabras
que queremos escuchar
ecos lejanos que nos remueven las vísceras,
sin pensarlo pagaríamos
para que una saliva espesa
las haga brotar de las cuerdas vocales.

Hay palabras
que por meses
quizá incluso por años
esperamos oírlas
aunque cayeran gota a gota
en entregas periódicas.

Hay palabras que cuando las escuchamos
no estábamos listos,
no vestíamos para la ocasión
y nuestras caras solo dibujaban un dejo de conflicto interno.

Hay palabras que cuando las escuchamos,
en nuestro interior
bulle una fiesta
pero extrañas ataduras impiden que se dibuje una diminuta sonrisa,

porque al mirar hacia el parque
vemos la risa burlona de Pandora
que abre la caja,

y somos conscientes
que no tenemos idea de lo que nos espera
cuando termine el abrazo.

martes, 6 de enero de 2015

Preludio



El caldo amargo
revienta
al tocar mis papilas gustativas,

puedo ver a la niña reflejada
en todas las ventanas.

Conchas afiladas
surcan su piel.

Heridas abiertas
ante tantas lágrimas.

La niña se sienta
en un parque,
solo espera,

espera a un viejo
que llegará pronto.

Abrir



Para desnudarte
debo encontrar las llaves
que diluyan los candados
entre los dedos
que desabotonan tu camisa.

Para desnudarte
busco calmar las manos
que desean perderse
por recovecos.

Para desnudarte
necesito las claves
signadas en el iris
de tus ojos.

Claves que aún son confusas,
hilos que no terminan
de dibujarse,

laberintos de sueños
intraducibles,
imágenes que se vaporizan.

Para desnudarte
aún debo descubrir
senderos que están
vedados.

Entre escamas



Las iguanas saltan
y se desquebrajan
en dos remolinos
de luz.

Un rayo traspasa
la acuosidad
de sus pupilas,

que aún pronuncian
nuestros nombres,

son escamas
que caen
y se deshacen,

y tu abrazo
quema

es premonición
de las sombras.

Las iguanas saltan
en los techos
atrapando escarabajos

y tu abrazo
sigue quemando.

Managua 2014 

Delirante



Aquí están las casas
suspendidas
en hilos
sobre escarpadas siluetas
de las montañas.

Aquí los muros gritan
palabras que quedaron
atravesadas en las gargantas.

El verso está escrito
en las pupilas vigilantes.

El futuro corre
por las cloacas,

busca fijarse a esperanzas
que huyen de las redes
que quieren darle
muerte.

Tegucigalpa 2014

La breve narración de un sueño



Existir aún
entre las gasas cristalinas
que constituyen los tejidos
del sueño,
de tu sueño,

causa un dolor amargo
que se pega a mis dedos,

y una alegría
que canta,

es caracola que crece
y explota en cristales azules
que aún reptan entre tus manos.

domingo, 4 de enero de 2015

El retorno



En la pared
el beso de Klimt
se deshace en una línea
de Sol.

Todo lo que tenemos
se acomoda a la perfección
en esas cuatro paredes,

rayadas por otros,
ocupadas por otros.

Para algunos pertenecer
es una pesada carga
que puede quitar el sueño.

Para nosotros
es un breve juego
que aún no termina.

La ciudad de los muertos



Te sientas a tomar café,
sujetas la jarra con ambas manos
no vaya a ser
que el temblor inminente de los nervios
la haga quebrarse contra el piso.

En la silla contigua
te espera tu viejo sombrero de pana.

-Necesito más ajenjo- dices.
Cada noche lo usas
para evitar que las sirenas
te claven sus garras
y dejen una delicada capa de plumas
que te asfixia.

Esas noches, gritas,
invocas mi nombre
y me buscas inútilmente entre las sábanas.

Te sientas a tomar café
y me miras.
-Has visto Biutiful?- preguntas,
mientras espantas la mariposa
que se posa en tu brazo.

Sequía



Descubrí que hay cuartos
tan pequeños,
donde se asfixian
treinta personas.

Mientras una niña
camina por el techo
arrancando los clavos
que el viento se lleva,

antes de quebrar
el espejo
donde te miras para encontrarme.

El que canten los pájaros
no es señal de verano,
hay inviernos que se acumulan
en lágrimas
que ya no nacen.


Managua 2014

viernes, 2 de enero de 2015

Como hilos



Un insecto de luz
se bebe un rayo de luna,
mientras entona
aquellas melodías que me inventabas.

Un ejército de hormigas
corta en trozos
la flor que gira en mi mano,
gotas verdes
llenan el suelo.

He olvidado tu nombre,

te invento otros,

pero no calzan
en el recuerdo de tu mirada.

La madeja de hilo
que dejaste
intenta darme pistas,

solo logro recordar
una calle llena de manzanas
que ruedan desde tu mano,

sin rumbo,

sin rumbo.

Luna roja



Es posible que lo más doloroso
es que ya no sientas mi olor azul,
que ahora sea rojo,

y quede pegado a tu palar
sin que puedas tragarlo.

Que quizá
para ocultarme
usé otra piel
que ya no me abandona,

las piedras se quebraron
y mi imagen se diluye

así como desaparecen
las líneas de tus manos,

el río sigue
gritando la promesa

que se van comiendo
los caracoles.

Ruta



Las olas
se rompen
en mi pecho,

en caminos violeta.

Una luz roja explota
y hace imposible
el desembarco.

La neblina azul
ha borrado
La Ceiba,
donde prometimos
encontrarnos.

Calla,

deja que cante
el pájaro de sol

y sea dibujado
nuevamente
nuestro mapa.

Contradanza



Estoy en medio del puente,
un pájaro picotea
los ojos de una lagartija
y de sus lágrimas
salen volando
escarabajos escarlata.

Estoy en medio,
y no puedo liberarme
del hilo casi invisible
que crece entre mis brazos.

Estoy
aquí,
espero esa brisa
que me abrace
para no ser devorada
por el olvido.