martes, 6 de enero de 2015

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Para desnudarte
debo encontrar las llaves
que diluyan los candados
entre los dedos
que desabotonan tu camisa.

Para desnudarte
busco calmar las manos
que desean perderse
por recovecos.

Para desnudarte
necesito las claves
signadas en el iris
de tus ojos.

Claves que aún son confusas,
hilos que no terminan
de dibujarse,

laberintos de sueños
intraducibles,
imágenes que se vaporizan.

Para desnudarte
aún debo descubrir
senderos que están
vedados.

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