viernes, 9 de septiembre de 2011

La higuera


Te abrazo sintiendo el paso de amaneceres,
de atardeceres,
desciendo por tu cuerpo,
por tus surcos,
humedad de líquenes y musgos,
caminos oscuros,
sinuosos.

Te voy rodeando,
me aferro a la vida,
aunque tenga que tomar la tuya.

Me adueño de tus recuerdos,
absorbo tu fuerza.

Te abrazo hasta cubrirte
por completo.

Mis hojas verdes
están cubiertas de rocío,
el viento sopla,
mis raíces se aferran en tierra.

Tú ya no existes.



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