En una cama de flores
de Jacaranda
te comes la amatista
y sueñas
tienes miedo de mirar el espejo
y no encontrar tu reflejo
tienes miedo
que en la balanza tu corazón
pese más que la pluma
porque tu corazón
baila
dibujando espirales de amatista
y ya no sabes
si el abismo está cerca
o es este espacio
donde las flores de Jacaranda
bañan tu cuerpo.
Vuelta a clases y, por eso, invito a pasar de nuevo por mi blog: "Si pudiéramos, tanto mal hacemos que apagaríamos el Sol".
ResponderEliminar¿Pochita por aquí? me sorprendo.
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